El invierno trae frío, defensas más bajas y muchas veces menos ganas de salir. Pero también es el momento ideal para priorizar tu salud y bienestar. En esta nota te compartimos tres hábitos simples para cuidarte y cómo podés hacerlo más fácil con Benvida, tu farmacia digital.

1. Reforzá tus defensas desde adentro

Durante el invierno, el cuerpo está más expuesto a virus respiratorios y gripes. Por eso, es fundamental mantener el sistema inmunológico fuerte. Tomá infusiones calientes como té de jengibre, manzanilla o limón. Sumá frutas ricas en vitamina C como naranja, mandarina, kiwi, frutilla y pomelo. Incorporá también alimentos con vitamina D como pescados grasos (salmón, atún), huevos y lácteos fortificados.

Además, sumá semillas como chía o lino, que aportan omega 3, y hongos como el champiñón, ricos en vitamina D. Aprovechá sopas caseras con vegetales de estación como zapallo, zanahoria o espinaca: son reconfortantes y nutritivas.

Tip extra: Evitá los ultraprocesados y el exceso de azúcar, ya que pueden debilitar tus defensas. Preferí alimentos naturales, caseros y ricos en fibra.

2. Cuidá tu piel, labios y manos

El frío extremo y los ambientes calefaccionados provocan que la piel pierda humedad. Esto puede generar resequedad, grietas, picazón o tirantez, especialmente en zonas sensibles como labios, manos y rostro.

Para protegerte:

• Usá cremas humectantes todos los días.
• Aplicá bálsamo labial antes de salir.
• Lavate las manos con jabones suaves.
• Evitá duchas muy calientes, preferí agua tibia.

Si pasás muchas horas frente a la pantalla, también protegé tus ojos del aire seco y la luz azul utilizando pantallas con filtro.

Tip extra: Usá un humidificador si el ambiente está muy seco, especialmente durante la noche.

3. Descansá y ventilá los ambientes

Dormir bien es clave para mantener el equilibrio del sistema inmune. Intentá dormir entre 7 y 8 horas por noche, y evitá el uso excesivo de pantallas antes de acostarte.

Además, en invierno solemos mantener las ventanas cerradas. Pero es importante ventilar los ambientes al menos 10 minutos por día. Esto ayuda a renovar el aire, reducir la humedad y evitar la acumulación de virus o bacterias.

Sumá pequeñas rutinas relajantes antes de dormir: una ducha tibia, un té de hierbas o escuchar música suave pueden ayudarte a conciliar el sueño.

Tip extra: abrí las ventanas especialmente a la mañana, cuando el aire interior está más cargado. Si tenés plantas, también colaboran a purificar el ambiente.

También recordá mantener una buena higiene de manos para prevenir contagios. Y si estás siguiendo algún tratamiento, no lo postergues por el frío o la incomodidad de salir.

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¿Te quedaron dudas? Te invitamos a leer nuestra sección de Preguntas Frecuentes. Y si querés pedir ahora, chateá con Benvi.