Benvida

Cuidarte también es maternar: la salud mental materna importa


Por Melina Andrade Sanna | Médica pediatra (M.P 9301)

Madre abrazando a su bebé con ternura, simbolizando el vínculo emocional y la importancia del bienestar materno.


Ser mamá es una revolución. De un día para el otro, todo cambia: tu cuerpo, tus rutinas, los vínculos, las emociones. Hay momentos mágicos, sí, pero también hay cansancio, dudas, lágrimas y una montaña rusa de sensaciones. En medio de todo eso, muchas veces te olvidás de algo esencial: vos también necesitás cuidados. Porque para cuidar, hay que estar bien.

¿Qué significa cuidar tu salud mental?

Es darte permiso para frenar, para sentir, para pedir ayuda. Es poder decir “esto me supera” sin sentir culpa. Es saber que no estás sola, que lo que te pasa le pasa a muchas. Que no sos menos mamá por sentirte agotada. Cuidar tu salud mental no es egoísmo, es amor en acción. Porque cuando vos estás contenida, tranquila y acompañada, tu bebé también lo siente.

¿Cómo influye tu bienestar en tu hijo?

Durante los primeros años, tu bebé aprende el mundo a través tuyo. Tu voz, tu mirada, tus brazos y tus gestos son su primer idioma emocional. Cuando estás emocionalmente disponible, podés responder con paciencia, sostener con ternura, calmar con tu presencia. Eso construye un vínculo seguro. Pero cuando el agotamiento, la ansiedad o la tristeza se vuelven demasiado intensos —y no hay red ni apoyo—, todo se hace más difícil. Y eso puede afectar cómo duerme, se alimenta, se vincula… incluso su desarrollo a futuro.

No se trata de hacerlo perfecto


Se trata de estar lo suficientemente bien. Y para eso, también vos necesitás ser cuidada. Merecés sentirte bien, conectada. No es estar feliz todo el tiempo, es tener un piso emocional firme. Saber que no tenés que poder con todo sola.

Algunas cosas que pueden ayudarte:
  • Dormir un poco más, aunque sea una siesta.
  • Comer algo rico, tranquila.
  • Hablar con alguien que te escuche sin juzgar.
  • Hacer espacio para lo que te gusta.
  • Pedir ayuda. A veces, solo eso cambia todo.

Tu bebé no necesita una mamá perfecta, te necesita a vos: real, presente, humana.

Y vos necesitás sentirte cuidada, sostenida, valorada. Porque mamá feliz no significa mamá perfecta. Significa mamá con espacio para ser, para sentir y para disfrutar.

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